Este va a ser un post muy íntimo y personal. Recientemente, justo antes de terminar el año, me desperté con una terrible noticia, que me partía el corazón. Mi padre había fallecido de repente en un país muy lejano. Ni que decir tiene que fue un shock tremendo y que tuve que reponerme rápidamente para poder gestionar el viaje para poder asistir a su velatorio y entierro. Los siguientes días casi no pude hacer el duelo, inmersa en una carrera por solucionar, junto con mis familiares, un millón de papeleos y de cuestiones varias. Al volver a mi país, la tristeza y el dolor salieron a flote. No sé si habrás hecho un duelo alguna vez, pero para mi no es la primera vez y conozco a la perfección las etapas del duelo, porque además me dedico a las emociones y trato con muchas personas que están atravesando uno.
Lo primero que hice antes de irme fue buscar un remedio que me estabilizase y me diese fuerzas para enfrentar el dolor tan grande que sentía. Utilicé las Esencias Florales de Findhorn, en particular el Primeros Auxilios y el Ayuda al Corazón.
Cuando volví de mi viaje, como siempre, busqué dentro de mis herramientas y ayudantes cual de todas podría ayudarme en este duro momento y encontré varias. Afortunadamente, conozco un montón de opciones para sobrellevar cualquier situación y trabajo con multitud de herramientas muy prácticas y útiles. De entre todas elegí las dos que me resultaban más sencillas para un autotratamiento: los Cristales y los Aceites Esenciales.
Los Cristales que elegí forman un combo que es muy útil en estos momentos: Azabache, Lepidolita y Ónix. El Azabache es una madera fosilizada que resulta muy nutridor para el corazón. La Lepidolita es un cristal que resuena muy bien con el Chakra del Corazón que proporciona mucho consuelo en momentos de corazón roto y en momentos de tristeza profunda. Parte de sus beneficios se deben a que contiene litio, que es un metal alcalino, que se receta mucho en casos de depresión, debido a que eleva el ánimo. Por último, el Ónix es un cristal que permite hacer un paréntesis, algo así como volver a un útero reconfortante, aislarse un poco del mundo y dar a nuestro ser la opción para reponerse.
En cuanto a los Aceites Esenciales fui a lo sencillo. Hay muchísimos Aceites Esenciales y Esencias que pueden ser útiles en un duelo. Pero yo elegí dos que, además, me encantan y son complementarios porque se obtienen del mismo árbol. Son el AEQT de Neroli (o Azahar) y la Esencia de Naranjo Dulce. El AEQT de Neroli se obtiene de la destilación de las Flores del Naranjo Amargo y la Esencia de Naranjo Dulce se obtiene por presión de la cáscara de la Naranja. El AEQT de Neroli posee propiedades sedantes y calmantes y está específicamente indicado en el caso de pérdidas o duelos. Además, también está indicado para superar momentos de shock emocional. Y no sólo eso sino que es un aceite que potencia la confianza en uno mismo y ayuda a volver a creer en la vida, puesto que se relaciona con las ganas de vivir, la vitalidad y la alegría. En lo que respecta a la Esencia de Naranjo Dulce como propiedades ofrece las siguientes: fomenta la felicidad, calma la ansiedad, revitaliza, ayuda en la gestión de la tristeza, mejora el humor y alegra el espíritu. El primer día que me la puse me encontraba francamente mal, estaba muy triste y, además, sentía mucha ansiedad, tanta que no me podía dormir. Me puse dos gotas de cada aceite en las muñecas y respiré tres veces. A la media hora ya estaba tranquila y calmada y un sentimiento muy agradable me invadió. Pude irme a la cama y dormir. He seguido utilizando estos aceites dos veces al día y alguna vez más cuando la tristeza me invade y mi mundo se vuelve gris. Además por separado y juntos poseen un aroma delicioso, que, a mi, me reconforta muchísimo.
Espero que mi historia te sirva para que te animes a introducir los Aceites Esenciales en tu vida, te aseguro que los beneficios son innumerables.